Por ende, el ente organizador del fútbol profesional colombiano exigió al conjunto verdolaga una solución a las irregularidades antes del inicio del torneo, so pena de ser desafiliados y reemplazados por el naciente conjunto Once Caldas de Manizales. Además de costoso iba a ser difícil conseguir uno disponible a mitad de año. Urriolabeitia mantuvo el doble cargo hasta mitad de año cuando se contrató al uruguayo Juan Eduardo Hohberg, quien también se desempeñaría como jugador y técnico a la vez. Llegaron jugadores consagrados como Luis Pentrelli, Perfecto Rodríguez, Ricardo Ramaciotti y Oswaldo Vega (quien llegó en reemplazo de Balassanián, que se marchó a mitad del Apertura). En 1958 se constituyeron como peña por lo que en 2008 celebraron su 50 aniversario. Con la salida del técnico Curti, el presidente del equipo verde, Hernán Botero, entró en el dilema de conseguir un buen técnico, que fuera la punta de lanza para ir por la estrella. El partido decisivo entre ambos se jugó en el estadio Pascual Guerrero faltando nueve fechas para la terminación del campeonato; fue victoria del local por 1-0 y a pesar del acoso del verde, el equipo caleño pudo conservar la punta.
El partido se continuó el 25 de agosto y es recordado como el clásico de los Nueve contra Once ya que Nacional debió afrontar el mismo con 9 futbolistas durante los 84 minutos faltantes. A finales de 1961 ingresó Hernán Botero Moreno como accionista del Atlético Nacional. Hernán Botero trajo de Argentina a Óscar Calics, Tito Manuel Gómez y al arquero Raúl Navarro; los dos últimos -se suponía- sólo venían a disputar la temporada de amistosos internacionales de diciembre de 1970 y enero de 1971, sin embargo, permanecieron en el equipo por varios años y dejaron su huella en la historia verdolaga. En gran medida, el bajonazo se produjo a causa de las lesiones de Tito Manuel Gómez y de Jorge Hugo Fernández (producidas por las violentas entradas recibidas por sus adversarios). Este resultado supuso no solo la ruptura de una mala racha del equipo, sino la recuperación de la credibilidad en la franquicia tras las turbulencias por los cambios de propietarios en los últimos años.
En esos años, el equipo filial vivió sus mejores años consiguiendo un subcampeonato en la Copa del Rey de 1980, cuya final fue una auténtica fiesta del madridismo ya que se disputó en el Estadio Santiago Bernabéu entre dos de los equipos de fútbol del club: el Real Madrid C. F. y el Castilla Club de Fútbol. Eso, unido al empate en Stamford Bridge entre APOEL y Chelsea, otorgó la tercera plaza al Atlético de Madrid por superar al APOEL en el goal-average particular. En aquel torneo de 1958, el Atlético Nacional / Independiente Nacional cumplió una buena presentación: ocupó el quinto lugar y durante gran parte del campeonato estuvo de segundo y peleando la punta. Si bien, en la década del sesenta el Atlético Nacional acumuló varias decepciones y pocos éxitos, durante la década del setenta se empezó a escribir una historia distinta. Pronto se convertiría en presidente y se mantendría vinculado a la institución durante veintidós años. Durante todo el campeonato el elenco verdolaga no sólo mantuvo su regularidad, sino que lo hacía exhibiendo un fútbol vistoso. Puesto que los jugadores extranjeros eran demasiado costosos, sólo futbolistas colombianos hicieron parte de la natillera; entre ellos se encontraban cuatro jugadores del desaparecido Independiente Medellín.
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