»La responsabilidad de estas medidas de rigor que un penoso deber me impone caiga por entero sobre los que, con sus desatentados propósitos é ingrato proceder, vienen á estorbar las paternales miras de este Gobierno general, chandals hombre futbol dificultando al par la ordenada marcha del progreso filipino. Tenemos la responsabilidad de luchar por este cambio; un cambio que debemos afrontar sobre la base de la solidaridad. En cuanto á que descargara sobre su hermana la responsabilidad, tiene mucho de increíble: la confesión acusa cobardía, y Rizal no era cobarde; acusa indelicadeza, y Rizal, en las cosas de esta índole, fué siempre un hombre de honor. Despujol no necesitó más; aparte que llovía sobre mojado, porque en el equipaje del gran propagandista se habían hallado papeles pecaminosos. Las consideraciones que sugiere su conducta como propagandista, son de un orden moral distinto á las que sugiere la declaración (si la hizo, que á nadie le consta de una manera terminante) de que acaso fuera su hermana quien llevase los papeles… Entre ellas destacábanse las figuras de dos mujeres; una hermana del Dr. Rizal, y la amante de éste, Josefina Bracken. Casi ninguno de los periodistas que aplicaron al deportado los epítetos de traidor, filibustero, etc., conocía á Rizal, ni los escritos ni las intenciones de éste, ni aportó al juicio una prueba irrefragable relacionada con la verdad de lo acaecido.
↑ «LMB: Una distribución histórica para la LMB en la temporada 2022». Liga Mexicana de Béisbol. Los miembros más extremistas de la Liga impusieron el terror en París, organizando procesiones espectaculares de religiosos armados y procesiones de miles de niños, y encarcelando a los hombres conocidos por su lealtad al Rey, a los que llamaban los «políticos». El sectario, en su oficio, no se cree obligado á cumplir lo que promete: los diputados republicanos prometen «por su honor» (Rizal no había hecho tanto) respetar las Instituciones fundamentales del Estado, y si no proclaman la República es sencillamente porque carecen de medios para lograr su deseo; miles de militares juraron solemnemente fidelidad al régimen, y, sin embargo, se sublevaron, el gran Martínez Campos entre ellos: y nadie ha puesto en duda el honor de los diputados y de los militares aludidos. No cayó Despujol en la cuenta, ni cayeron los periodistas españoles de Manila, que Rizal tenía entre los suyos una significación altísima, y por lo tanto, que no era político (ni jurídico) zaherirle tan inicuamente en la Gaceta, tomando por fundamento hechos que, por no haberse ventilado con clara luz meridiana, á la vista del público, se prestaban á la duda.
»3.º Se concede un plazo de tres días, á contar desde la publicación de este decreto, en las provincias de Manila, Batangas, Bulacán, Cavite, Laguna, Pampanga, Pangasinán y Tárlac, de ocho días en las demás de Luzón, y de quince días en las islas restantes, para que las personas que tengan en su poder los referidos libros ó proclamas hagan entrega de ellos á las autoridades locales. »1.º Será deportado á una de las islas del Sur D. José Rizal, cuyo proceder en esta ocasión será juzgado como merece por todo filipino católico y patriota, por toda conciencia recta, por todo corazón delicado. Despujol garantizó, en efecto, la libertad de Rizal, si éste se mantenía «dentro del círculo de las patrias leyes»: luego si no se le hubiera atajado en su vertiginosa propaganda, tal indiferencia se habría interpretado, aun por los mismos filipinos, como debilidad ó estupidez del Gobierno; y por esto no pasaba Despujol, é hizo bien en no pasar; que con sus antecedentes de simpatizador exagerado de los hombres y de las cosas de la tierra, de proceder de otra suerte habría dado motivo para que los españoles le juzgasen, si no cómplice, auxiliar pasivo de la campaña rizalista, que no era la más adecuada para difundir la confraternidad entre insulares y peninsulares ni para afianzar el mantenimiento del público sosiego.
Todos los periódicos de Manila reprodujeron el decreto y lo comentaron, alabando sin tasa el proceder de Despujol, y condenando el proceder de Rizal. Gaceta y demás papeles de Manila! Á la verdad, no se concibe cómo un hombre de su talento, cauteloso, sagaz, previsor y reservado, cometiera la insensatez de llevar consigo papeles comprometedores; cuesta mucho trabajo concebir que el sesudo Rizal cometiera tan estupenda tontería. Rizal llevó, en efecto, en su equipaje los papeles subrepticios de que se ha hecho mérito, y, asediado por Despujol, perdida la serenidad, no sabiendo cómo salir del paso, se limitó á decir:- Yo no traía semejante cosa… Esto de los papeles constituye un tema espinoso y enojoso que requiere examen. No hay para qué decir la impresión que esto produjo en Manila; indescriptible. Por lo demás, y sin que esto sea argumento en pro del Doctor propagandista, cabe preguntar: para los fines esenciales que Rizal perseguía, dar solidez y vitalidad á la «Liga Filipina», ¿qué valor podía tener un nuevo papel contra los frailes? Gobernador el aviso telegráfico, cifrado, y á las dos horas otro preguntando: ¿Qué tal van las obras públicas? »2.º Queda en adelante prohibida, si ya no lo hubiese sido anteriormente, la introducción y circulación en el Archipiélago de las obras del mencionado autor, así como de toda proclama ú hoja volante en que directa o indirectamente se ataque á la religión católica ó la unidad nacional.
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